Panorama Cantabria. El Diario Montañés. 22.02.11.
Hace tan solo tres años que se puso en funcionamiento el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria. Un periodo corto pero en el que, bajo la dirección de Ángel Pazos, ya se ha realizado una actividad investigadora «relevante tanto desde el punto de vista científico como desde el prisma de la colaboración».
- El Ibbtec es un instituto reciente, ¿qué necesidades impulsaron su creación?
- Más que una necesidad, se trató de la conjunción de una serie de esfuerzos que acabaron cristalizando en esta iniciativa. Por una parte, en la Universidad de Cantabria, existe, desde hace bastantes años, un número importante de grupos de Investigación y Desarrollo (I+D) que realizan una labor de nivel internacional en el área biológica, fundamentalmente en la Facultad de Medicina. Por la otra, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estaba estudiando sus posibilidades de expansión en Cantabria y detectó un nicho de calidad en nuestra área. Finalmente, el Gobierno regional identificó la biomedicina y la biotecnología como una de las áreas de claro interés desde el punto de vista de estrategias de innovación. La confluencia de todos estos intereses hizo posible la creación del instituto.
- ¿Cuáles son los objetivos que persigue el centro?
- De forma muy simplificada, podemos decir que existen dos objetivos, bastante complementarios: desarrollar una investigación básica de calidad internacional en una serie de áreas de la biología y lograr que los resultados de esa investigación se transfieran al mercado productivo, en forma de colaboraciones con empresas, patentes, etc.
- ¿Cómo calificaría el trabajo realizado a lo largo de estos años de experiencia?
- Hay que tener en cuenta que la labor fundamental de estos primeros años ha sido la de poner en marcha el instituto: organizarlo como tal, dotarse del equipamiento fundamental, llevar a cabo todo el proceso de construcción de su sede definitiva en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (Pctcán) y recibir e instalar a los primeros investigadores del CSIC que se han incorporado al instituto, todo ello a la espera de contar con el nuevo edificio hoy en construcción. Hasta ese momento estamos instalados en la Facultad de Medicina, a la que, por cierto, debo agradecer el enorme apoyo recibido. En todo caso, la actividad investigadora de los grupos del instituto ha sido ya relevante en esta etapa inicial, tanto desde el punto de vista científico, publicando numerosos artículos, algunos de ellos en revistas de impacto mundial, como desde el prisma de la colaboración con empresas y actividades de transferencia e innovación. En conjunto, creo que el trabajo de estos primeros años ha sido intenso y prometedor.
- ¿Cuáles diría que son los principales hitos que han alcanzado hasta ahora?
- De forma realista, el hito fundamental de estos primeros años era, ni más ni menos, empezar a dar forma al instituto como tal. Dotarnos de un plan estratégico que nos permitiera trabajar sobre la base de una serie de prioridades. Eso ya lo hemos hecho. En todo caso, a pesar de la muy corta trayectoria del instituto, hemos desarrollado investigaciones importantes en sus áreas fundamentales de trabajo: cáncer, microbiología y enfermedades infecciosas, sistema nervioso, biología del desarrollo y sistema inmune. Hemos publicado varios artículos en las mejores revistas del mundo y estamos aumentando nuestro potencial de colaboración con empresas del sector.
- Está previsto que en el último trimestre de este año se inauguren las nuevas instalaciones del instituto en el Pctcán, ¿qué cree que supondrán para su actividad, tanto técnicamente como en cuanto al clima laboral?
- La puesta en marcha del nuevo edificio será fundamental. Por una parte, porque dispondremos de unas instalaciones modernas, amplios espacios de trabajo y una serie de equipamientos punteros en un edificio propio, lo que facilitará el funcionamiento como centro. Por la otra, estar en el entorno del Parque Científico y Tecnológico acentuará nuestras posibilidades para llevar a cabo actividades de transferencia de tecnología, sin renunciar en absoluto a la vertiente más investigadora que nos da nuestra pertenencia a la Universidad y al CSIC. Además, el nuevo edificio nos va a permitir poner en marcha la Unidad de Diagnóstico y Evaluación Biológica, un área del instituto dedicada de forma específica a la colaboración con empresas e innovación tecnológica.
- El Ibbtec es un centro mixto de la UC y el CSIC, ¿qué significa para el centro este vínculo con el Consejo?
- El Consejo es el instrumento fundamental del Estado para llevar a cabo investigación e innovación, siendo, por tanto, la institución más importante y potente para realizar actividades de I+D en España. Que el Ibbtec sea parte del CSIC (siendo uno de los dos únicos institutos que tiene en Cantabria, junto con el IFCA) es, por un lado, muestra del interés de nuestro trabajo y, por el otro, nos garantiza una serie de recursos y apoyo científico. De hecho, es el CSIC el que está llevando a cabo la construcción del edificio.
- ¿Cuántas personas trabajan en el instituto?
- Cuando el instituto esté funcionando a pleno rendimiento en su nueva sede, trabajarán en él alrededor de doscientas personas. En el momento actual, dada la situación provisional en la que estamos, somos alrededor de noventa personas, distribuidas en diez grupos de investigación, además de tres personas de administración y servicios. De esos diez grupos, cinco están dirigidos por investigadores de la UC y los otros cinco por investigadores del CSIC. Aproximadamente, una veintena somos profesores investigadores de plantilla, cerca de 50 entre investigadores doctores y becarios, y el resto son técnicos.
- ¿Cuáles son sus vías de financiación?
- Hay que diferenciar entre el presupuesto inicial de puesta en marcha del instituto, los gastos generales de mantenimiento y la financiación de toda la actividad investigadora y de innovación. Por lo que respecta a la puesta en marcha (parcela y construcción del edificio, equipamiento, mobiliario, etc.), el convenio de creación contemplaba un presupuesto inicial de 13 millones de euros, entre las tres instituciones a las que pertenece: CSIC, UC y Gobierno autónomo, actualmente a través de Sodercán. Probablemente las necesidades totales de equipamiento hagan que esa cifra se eleve finalmente hasta alrededor de los 16 millones. El mantenimiento general del instituto correrá a cargo de las tres instituciones. Todo ello sin tener en cuenta el personal de plantilla, pagado lógicamente por la UC y el CSIC. Pero la investigación de todos los grupos se lleva a cabo mediante los fondos que los propios grupos consiguen en convocatorias públicas o privadas, nacionales e internacionales, o mediante contratos con empresas. Sin entrar en mucho detalle, los grupos que trabajan actualmente en el instituto consiguen por término medio cerca de 2 millones de euros anuales en este concepto. Estimamos que cuando el instituto esté trabajando a pleno rendimiento, con alrededor de 20 grupos independientes, esta cifra se elevará a más de 4 millones.
- Y a nivel nacional e internacional, ¿colaboran con alguna institución?
- En el ámbito nacional, los grupos del Ibbtec mantienen varias colaboraciones con grupos de otras universidades, así como con otros institutos del CSIC. Internacionalmente, mantenemos contactos con universidades y centro de investigación británicos, estadounidenses franceses y suizos, entre otros. También es importante reseñar la existencia de una amplia variedad de contratos con diversas empresas farmacéuticas y biotecnológicas de capital nacional y extranjero. Las colaboraciones con el grupo Zeltia, Progenika o FaesFarma son solo algunos ejemplos.
-¿Qué retos o proyectos tienen para el futuro?
- El reto fundamental es consolidar el instituto, una vez que estemos en el nuevo edificio. Esta consolidación pasa por la incorporación de nuevos grupos e investigadores de nivel internacional, tanto a través del CSIC como de la propia Universidad. Hay ya tres grupos del CSIC seleccionados para trasladarse al instituto en cuanto el edificio esté operativo. Por otro lado, el proyecto Campus de Excelencia Internacional va a permitir atraer a investigadores de alto prestigio. Este proceso de consolidación debe permitirnos, a pesar del difícil momento económico que atravesamos, mantener y mejorar la calidad científica de nuestro trabajo, por un lado, y aumentar nuestra actividad de innovación aplicada y transferencia al sector productivo.
-¿Una definición, sencilla, sobre lo que hace el Ibbtec?
- El IBBTEC pretende realizar una investigación que ayude a resolver los interrogantes importantes relacionados con las bases biológicas de las enfermedades, así como potenciar las aplicaciones de la biología en sectores como el farmacéutico, el alimentario o el energético, entre otros. Una parte de su trabajo debe plasmarse en resultados que sean transferibles al mercado.
- Quizás la biomedicina y la biotecnología suenan a palabras mayores, ¿cree que la ciudadanía entiende lo que hacen o perciben su actividad?
- Creo que es posible que se perciba en parte como algo similar a la actividad médica que se lleva a cabo en los hospitales. En todo caso, es bueno aclarar que la biomedicina se refiere a al conocimiento y la investigación en áreas relevantes para la salud, especialmente la humana, mientras que con la biotecnología nos referimos a las aplicaciones tecnológicas que usan sistemas biológicos u organismos vivos para crear o modificar procesos: ya se ve que esto trasciende al área de salud y también abarca agricultura, aplicaciones industriales, energía, etc. Obviamente, toda la parte de nuestro trabajo enfocada hacia la medicina y la salud debe estar lo más estrechamente vinculada que sea posible a la actividad clínica. Por eso, es importante decir que el Ibbtec tiene una clara vocación de compartir e intercambiar con el Servicio Cántabro de Salud ,y especialmente con el Ifimav, todo su potencial de investigación.
- De los proyectos que tienen vigentes actualmente, ¿cuáles destacaría?
- Desde el punto de vista de investigación básica, y citando sólo algunos que están generando resultados de gran impacto internacional, los estudios sobre las bases moleculares del cáncer, que han permitido identificar posibles nuevas dianas para su tratamiento, los mecanismos que determinan la capacidad infectiva de algunas bacterias, como es el caso de la brucelosis, los avances sobre cómo las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos, los cambios cerebrales de los enfermos deprimidos o nuevos conocimientos relativos a la forma en que se desarrollan las extremidades. Además, acabamos de poner en marcha un potentísimo equipo de secuenciación que nos está permitiendo ya desarrollar estudios dirigidos a identificar los genes implicados en diversas enfermedades. Y junto a eso, tenemos varios proyectos de perfil mucho más aplicado, con frecuencia en colaboración con empresas: desarrollo de medicamentos anticancerosos, medicamentos para la depresión, desarrollo de biocombustibles, etc.